Llamados a ser una Iglesia, comunidad de Comunidades

Es un Enlace que sirve para ir conociendo el caminar de nuestra Iglesia parroquial; está ubicada en la Col. Villa Florencia, San Pedro Sula, Honduras. 

Somos parte de la Diocesis de San Pedro Sula.

2007/08/29

FECUNDIDAD DEL MATRIMONIO



El matrimonio y el amor conyugal
están ordenados por su propia naturaleza a la procreación y educación de los hijos.

Los hijos son, sin duda, el don más excelente del matrimonio y contribuyen sobremanera al bien de los propios padres.

El mismo Dios, que dijo: No es bueno que el hombre esté solo (Gen 2,18), y que desde el principio... hizo al hombre varón y mujer (Mt 19,4), queriendo comunicarle una participación especial en su propia obra creadora, bendijo al varón y a la mujer diciendo: Creced y multiplicaos (Gen 1,28).

De aquí que el cultivo auténtico del amor conyugal y toda la estructura de la vida familiar que de él deriva, sin dejar de lado los demás fines del matrimonio, tienden a capacitar a los esposos para cooperar con fortaleza de espíritu con el amor del Creador y del Salvador, quien por medio de ellos aumenta y enriquece diariamente a su propia familia.

En el deber de transmitir la vida humana y de educarla, lo cual hay que considerar como su propia misión, los cónyuges saben que son cooperadores del amor de Dios Creador y como sus intérpretes. Por eso, con responsabilidad humana y cristiana cumplirán su misión y con dócil reverencia hacia Dios se esforzarán ambos, de común acuerdo y común esfuerzo, por formarse un juicio recto, atendiendo tanto a su propio bien personal como al bien de los hijos, ya nacidos o todavía por venir, discerniendo las circunstancias de los tiempos y del estado de vida tanto materiales como espirituales, y, finalmente, teniendo en cuanta el bien de la comunidad familiar, de la sociedad temporal y de la propia Iglesia.

Pero el matrimonio no ha sido instituido solamente para la procreación, sino que la propia naturaleza del vínculo indisoluble entre las personas y el bien de los hijos requieren que también el amor mutuo de los esposos mismos se manifieste, progrese y vaya madurando ordenadamente.

Por eso, aunque la descendencia, tan deseada muchas veces, falte, sigue en pie el matrimonio como intimidad y comunión total de la vida y conserva su valor e indisolubilidad.

(Vaticano II: GS # 50)

Historia de la Parroquia Guadalupe de San Pedro Sula

Un poco de historia

 A inicios de la década de 1960, los padres Paules de Catedral eran los encargados de llegar al sector del barrio Guadalupe a celebrar la Santa Misa; Se celebraba una sola Misa dominical a las 9 de la mañana. Estas primeras Misas se celebraban en el patio de la casa de la familia Mena-Melara que es hoy esquina frente a donde se encontraba la antigua Iglesia Guadalupe contiguo a la embotelladora de refrescos. Entre los sacerdotes que asistían estaban los padres José Sanz y Pedro Torrens.

 

A esta primera comunidad asistían vecinos del barrio Guadalupe, Colonia Colombia, Las Acacias y los vecinos de los alrededores, entre ellos soldados de la hoy 105 Brigada de Infantería en un tiempo en quo había más vecindario y menos talleres y comercio. En ese tiempo se fundó a Asociación de Damas Guadalupanas y entre sus miembros estaban Marina de Barletta, Marina Andrés de Paz, Lilia de Mena, Socorro Zepeda, Aída Leiva y otras que ya fallecieron. El antiguo terreno de la Parroquia Guadalupe contiguo a la fábrica de refrescos, fue donado por las señoras Blanca Mena de Funes y Eva de Talbott (Q D D G) En ese tiempo comienzan las actividades motivadas por las Damas Guadalupanas para la construcción de un templo que pueda servir a la comunidad católica del vecindario, pensando en ese tiempo que en el futuro los solares baldíos iban a ser poblados, lo que en realidad nunca ocurrió.

 

Un sacerdote de apellido Oromí, es nombrado por Monseñor Jaime Brufau, en ese entonces ya obispo de San Pedro Sula, para animar a la comunidad en estas actividades y en las decisiones que marcarían su destino. El templo felizmente fue bendecido a las 7:00 p.m. el 12 de Diciembre de 1968 por Monseñor Brufau, acompañado por 20 sacerdotes venidos de todos los puntos que comprendía entonces la diócesis de San Pedro Sula (P. José Barceló Morey, Hombres y Apóstoles en la Costa Norte de Honduras p. 183)

 

Luego en 1972 llegan a la ciudad dos sacerdotes españoles de la Congregación del Inmaculado Corazón de Maria conocidos popularmente como Claretianos, ellos eran el Padre Cruz Ripa (0 D D G) y el recién ordenado Padre Angel Garachana (que muchos años después seria nombrado por Juan Pablo II como obispo diocesano) elevándose entonces la comunidad católica que comprendía las colonias desde la Fesitranh hasta la Rivera Hernández a la categoría de Parroquia. Fueron los padres Ripa y Garachana quienes con sus propias manos iniciaron los trabajos de construcción do la casa cural, pues en ese entonces solamente existía a Iglesia.

 

Los párrocos que ha tenido la parroquia Guadalupe desde su Fundación, han sido: Cruz Ripa, Julio Vivas, Porfirio Ruiz, Francisco Fierro, Cándido Sanza y el actual José Antonio Canales Motiño, primer hondureño diocesano que asume tal cargo.

En 1984 la Parroquia recibe la bendición y hasta nuestros días, con la presencia de las Hermanas Claretianas que llegaron para incorporarse de lleno al trabajo pastoral parroquial, siendo las primeras Carmen Hevia, Elena Tapia y Ángeles Martínez.

 

A principios de 1998 la que había sido una extensísima parroquia Guadalupe que abarcaba incluso aldeas alrededor de la laguna Ticamaya, como una madre, da a luz a dos nuevas parroquias la San Antonio de Padua que abarca el territorio desde la colonia Fesitranh hasta Río Blanco y la Parroquia de la Santa Cruz desde la orilla sur de Río Blanco hasta el Río Bermejo teniendo como cabecera la colonia Tara.

 

El 17 do septiembre de 2006 es desmembrado de la Guadalupe el territorio del sector Lomas del Carmen y se funda la hay parroquia San Antonio Maria Claret.

 

Habiendo muchísimas dificultades para que la parroquia siguiera funcionando en el lugar donde se fundó debido al crecimiento industrial y a la separación cada vez más pronunciada entre ésta y el vecindario, el 30 de noviembre de 2006 se iniciaron los trabajos de la construcción de nueva sede parroquial en un predio comprado para tal fin en la 15 calle entre la 7 y 8 avenida entre las colonias Villaflorencia y Honduras.

 

El Domingo 27 de Enero del 2008 habiéndose concluido el edificio de los salones parroquiales se celebró la última Eucaristía en el antiguo lugar y se salió en solemne procesión con el Santísimo Sacramento y la imagen de la Virgen de Guadalupe acompañado del pueblo de Dios hasta el nuevo auditorio parroquial que fue bautizado el 31 de mayo del mismo año con el nombre de San Juan Diego, lugar en donde se ha celebrado la Santa Eucaristía esperando sea concluido el nuevo templo parroquial.

Este día 12 de diciembre de 2008 a las 7:00 p.m. justo 40 años después de la dedicación del antiguo templo, Monseñor Ángel Garachana  dedicará a la gloria del Señor nuestro nuevo templo parroquial.

 

Nuevo templo de la Guadalupe

VIRGEN DE GUADALUPE EXCELSA COMUNICADORA

Virgen de Guadalupe