Llamados a ser una Iglesia, comunidad de Comunidades

Es un Enlace que sirve para ir conociendo el caminar de nuestra Iglesia parroquial; está ubicada en la Col. Villa Florencia, San Pedro Sula, Honduras. 

Somos parte de la Diocesis de San Pedro Sula.

2008/07/31

Modelo de parroquia según Aparecida


Continuando mi reflexión del lunes pasado, hoy les comparto las inquietudes y propuestas manifestadas en la semana de formación permanente del clero sobre el modelo de la parroquia según Aparecida.

Siguiendo el método ver-juzgar-actuar iniciamos nuestro trabajo dedicando un día a “ver”, a “mirar” la realidad de nuestras parroquias desde estas tres perspectivas: la parroquia, comunidad que inicia y forma en la vida cristiana; la parroquia, comunidad de comunidades; y la parroquia, comunidad al servicio de la vida.

Un cuestionario de seis preguntas para cada uno de los enfoques indicados nos ayudó a discernir y compartir en grupos lo que vemos, oímos y vivimos acerca de nuestras parroquias.

En el segundo día, tres conferencias nos presentaron el modelo de parroquia renovada según el documento de Aparecida. “Uno de los anhelos más grandes que se ha expresado en las Iglesias de América Latina y el Caribe, con motivo de la preparación de la V Conferencia General, es el de una valiente acción renovadora de las parroquias” (DA 170).

Yo desarrollé el primer núcleo: “La parroquia, iniciadora y formadora de los discípulos misioneros”. El discípulo no nace, se hace. ¿Cómo? “Se impone la tarea irrenunciable de iniciación cristiana” (DA 287). ¿Dónde? “La parroquia ha de ser el lugar donde se asegure la iniciación cristiana” (293). Iniciar ¿en qué?. “La iniciación cristiana es la manera práctica de poner en contacto con Jesucristo e iniciar en el discipulado” (DA 288).

No todo termina con la iniciación. “La vocación y el compromiso de ser hoy discípulos misioneros en América Latina requiere una clara y decidida opción por la formación de todos” (DA 276). “Por eso, los mejores esfuerzos de las parroquias deben estar en la formación permanente de los laicos misioneros” (DA 174)

Monseñor Luis Solé, obispo de Trujillo, expuso el núcleo segundo: “la dimensión comunitaria de la parroquia y los organismos de corresponsabilidad y participación”. “La vocación de discipulado es convocación a la comunión en la Iglesia. No hay discipulado sin comunión” (DA 156). Y no hay comunión sin la pertenencia a una comunidad (DA 164). Entre estas comunidades sobresalen las parroquias, “células vivas de la Iglesia y lugar privilegiado en el que la mayoría de los fieles tienen una experiencia concreta de Cristo y de la comunión eclesial. Están llamadas a ser casas y escuelas de comunión” (DA 170).

Para superar el individualismo y el anonimato, la renovación comunitaria de las parroquias “exige reformar sus estructuras, para que sea una red de comunidades y grupos” (DA 172), animada por una espiritualidad de la comunión y organizada en consejos y comisiones de pastoral (cfr.DA 203)

Finalmente el P. German Cálix dibujó la imagen de la parroquia al servicio de la vida, por el anuncio del Evangelio de Jesucristo y la práctica de la caridad. “Necesitamos desarrollar la dimensión misionera de la vida en Cristo. La Iglesia necesita una fuerte conmoción que le impida instalarse en la comodidad, el estancamiento y en la tibieza, al margen de los pobres del Continente” (DA. 362). Esta firme decisión misionera debe impregnar a las personas, planes y estructuras parroquiales (cfr. DA. 365). “La V Conferencia General es una oportunidad para que todas las parroquias se vuelvan misioneras… tanto en la evangelización de las grandes ciudades como del mundo rural” (DA. 173).

“La parroquia tiene, también, la hermosa ocasión de responder a las grandes necesidades de nuestros pueblos. Para ello, tiene que seguir el camino de Jesús y llegar a ser buena samaritana como Él. Cada parroquia debe llegar a concretar en signos solidarios su compromiso social en los diversos medios en que ella se mueve, con toda “la imaginación de la caridad” (DA. 176).

El tercer día trazamos algunas líneas de acción con sus actividades específicas para llegar a ese modelo de parroquia deseado y proyectado a la luz de Aparecida. Trabajamos en grupos con una dinámica llamada “método de consenso”, que da la oportunidad a todos para hacer sus aportaciones y justificarlas y busca el consenso mayoritario sin emplear mucho tiempo en discusiones.

Sería muy prolijo recoger el resultado de este trabajo. Me contento con seleccionar algunas líneas de acción que sugieren el camino y motivan la andadura:
• Establecer un proceso gradual, integral y permanente de formación para los agentes de pastoral y para las comunidades.
• Organizar nuestras complejas parroquias por sectores y fomentar las comunidades eclesiales con una estructura estable y con un acompañamiento y formación permanentes.
• Fomentar en las parroquias un proceso gradual y continuado de misión en el que todos nos sintamos corresponsables.
• Motivar y fortalecer la pastoral social estructurada, orgánica e integral, animada por la espiritualidad de la caridad y fundamentada en la Doctrina Social de la Iglesia (D.S.I).

¿Te comprometes a construir con otros este modelo de parroquia?

Historia de la Parroquia Guadalupe de San Pedro Sula

Un poco de historia

 A inicios de la década de 1960, los padres Paules de Catedral eran los encargados de llegar al sector del barrio Guadalupe a celebrar la Santa Misa; Se celebraba una sola Misa dominical a las 9 de la mañana. Estas primeras Misas se celebraban en el patio de la casa de la familia Mena-Melara que es hoy esquina frente a donde se encontraba la antigua Iglesia Guadalupe contiguo a la embotelladora de refrescos. Entre los sacerdotes que asistían estaban los padres José Sanz y Pedro Torrens.

 

A esta primera comunidad asistían vecinos del barrio Guadalupe, Colonia Colombia, Las Acacias y los vecinos de los alrededores, entre ellos soldados de la hoy 105 Brigada de Infantería en un tiempo en quo había más vecindario y menos talleres y comercio. En ese tiempo se fundó a Asociación de Damas Guadalupanas y entre sus miembros estaban Marina de Barletta, Marina Andrés de Paz, Lilia de Mena, Socorro Zepeda, Aída Leiva y otras que ya fallecieron. El antiguo terreno de la Parroquia Guadalupe contiguo a la fábrica de refrescos, fue donado por las señoras Blanca Mena de Funes y Eva de Talbott (Q D D G) En ese tiempo comienzan las actividades motivadas por las Damas Guadalupanas para la construcción de un templo que pueda servir a la comunidad católica del vecindario, pensando en ese tiempo que en el futuro los solares baldíos iban a ser poblados, lo que en realidad nunca ocurrió.

 

Un sacerdote de apellido Oromí, es nombrado por Monseñor Jaime Brufau, en ese entonces ya obispo de San Pedro Sula, para animar a la comunidad en estas actividades y en las decisiones que marcarían su destino. El templo felizmente fue bendecido a las 7:00 p.m. el 12 de Diciembre de 1968 por Monseñor Brufau, acompañado por 20 sacerdotes venidos de todos los puntos que comprendía entonces la diócesis de San Pedro Sula (P. José Barceló Morey, Hombres y Apóstoles en la Costa Norte de Honduras p. 183)

 

Luego en 1972 llegan a la ciudad dos sacerdotes españoles de la Congregación del Inmaculado Corazón de Maria conocidos popularmente como Claretianos, ellos eran el Padre Cruz Ripa (0 D D G) y el recién ordenado Padre Angel Garachana (que muchos años después seria nombrado por Juan Pablo II como obispo diocesano) elevándose entonces la comunidad católica que comprendía las colonias desde la Fesitranh hasta la Rivera Hernández a la categoría de Parroquia. Fueron los padres Ripa y Garachana quienes con sus propias manos iniciaron los trabajos de construcción do la casa cural, pues en ese entonces solamente existía a Iglesia.

 

Los párrocos que ha tenido la parroquia Guadalupe desde su Fundación, han sido: Cruz Ripa, Julio Vivas, Porfirio Ruiz, Francisco Fierro, Cándido Sanza y el actual José Antonio Canales Motiño, primer hondureño diocesano que asume tal cargo.

En 1984 la Parroquia recibe la bendición y hasta nuestros días, con la presencia de las Hermanas Claretianas que llegaron para incorporarse de lleno al trabajo pastoral parroquial, siendo las primeras Carmen Hevia, Elena Tapia y Ángeles Martínez.

 

A principios de 1998 la que había sido una extensísima parroquia Guadalupe que abarcaba incluso aldeas alrededor de la laguna Ticamaya, como una madre, da a luz a dos nuevas parroquias la San Antonio de Padua que abarca el territorio desde la colonia Fesitranh hasta Río Blanco y la Parroquia de la Santa Cruz desde la orilla sur de Río Blanco hasta el Río Bermejo teniendo como cabecera la colonia Tara.

 

El 17 do septiembre de 2006 es desmembrado de la Guadalupe el territorio del sector Lomas del Carmen y se funda la hay parroquia San Antonio Maria Claret.

 

Habiendo muchísimas dificultades para que la parroquia siguiera funcionando en el lugar donde se fundó debido al crecimiento industrial y a la separación cada vez más pronunciada entre ésta y el vecindario, el 30 de noviembre de 2006 se iniciaron los trabajos de la construcción de nueva sede parroquial en un predio comprado para tal fin en la 15 calle entre la 7 y 8 avenida entre las colonias Villaflorencia y Honduras.

 

El Domingo 27 de Enero del 2008 habiéndose concluido el edificio de los salones parroquiales se celebró la última Eucaristía en el antiguo lugar y se salió en solemne procesión con el Santísimo Sacramento y la imagen de la Virgen de Guadalupe acompañado del pueblo de Dios hasta el nuevo auditorio parroquial que fue bautizado el 31 de mayo del mismo año con el nombre de San Juan Diego, lugar en donde se ha celebrado la Santa Eucaristía esperando sea concluido el nuevo templo parroquial.

Este día 12 de diciembre de 2008 a las 7:00 p.m. justo 40 años después de la dedicación del antiguo templo, Monseñor Ángel Garachana  dedicará a la gloria del Señor nuestro nuevo templo parroquial.

 

Nuevo templo de la Guadalupe

VIRGEN DE GUADALUPE EXCELSA COMUNICADORA

Virgen de Guadalupe